Si eres empresario y quieres abrirte camino en territorio internacional, te damos las principales pinceladas que tienes que tener en cuenta. Como abogados especializados en Derecho Comunitario y de la Competencia, te explicamos los diferentes pasos que tendrás que llevar a cabo si por ejemplo te quieres expandir en Europa.
En primer lugar, es necesario estudiar el marco legal del país donde abrirás tu negocio. Cada zona de Europa tiene requisitos diferentes en cuanto a Derecho Mercantil y Fiscal. Si no tienes conocimientos legales, lo más aconsejable es pedir ayuda a un abogado experto en la materia.
Si eres emprendedor y no sabes cómo constituir una empresa en el extranjero, ten en cuenta también que debes valorar qué forma jurídica es más adecuada para tu negocio. Una de ellas es crear una sociedad mercantil convencional, que será filial o sucursal. Pero otra muy interesante a considerar es establecer una Joint Venture. Te contamos en qué consiste.
Qué es una Joint Venture
De inicio, es la manera de emprender sin estar solo en tu aventura empresarial. Se trata de una alianza estratégica con una empresa que esté situada en el país donde quieres estar presente con tus productos o servicios. Pero tiene una duración determinada, que puede ser más o menos larga. Tú seguirás siendo independiente desde tu sede en España, pero te unirás a esa empresa local para conseguir un objetivo común. En definitiva, una colaboración empresarial donde se reparten derechos y deberes para llevar hacia adelante la operación comercial prevista. De este modo, la Joint Venture se convierte en una “tercera” empresa, aparte de las que tienen las partes que han firmado el acuerdo.
Las filiales y sucursales
Una sociedad que quiere expandir su negocio en el extranjero, lo puede hacer de dos maneras diferentes si no desea aliarse con una segunda compañía en formato Joint Venture:
• Abriendo un filial
• Optando por una sucursal
Si escoges la primera opción, has de saber que una filial tiene una personalidad jurídica propia. Y se somete al régimen legal del Estado donde se establece, respondiendo con su capital social.
En contrapartida, una sucursal es simplemente un establecimiento donde la responsabilidad legal recae en la empresa madre española. Un empresario que apueste por realizar una actividad económica continuada en territorio europeo mediante una sucursal debe contar allí con un representante apoderado. Una sucursal, además, tributa sobre la Renta de no residentes o por el Convenio de Doble Imposición, que pasamos a detallarte.
Convenios de doble imposición
Para evitar tributar en España y a la vez en el país europeo donde inaugures tu sucursal por las ganancias de esta, nacieron los Convenios de doble imposición. Dichos convenios dictan qué país tiene derecho a cobrar los impuestos inherentes a una empresa cuando ambos podrían exigirlo. Existen convenios bilaterales (en los que intervienen dos estados) y multilaterales (firmados con grandes organismos como la propia UE).
Cuánto cuesta abrir una empresa en el extranjero
A la hora de estudiar los costes y realizar un plan económico, has de considerar partidas como las del notario, el registro de la escritura, la denominación social, y/o la correspondiente patente o registro de marca. Además de los empleados, las oficinas, los suministros, la logística, etc. Y, por supuesto, el desembolso del capital social.
A ello se suma, como hemos visto en el punto anterior, los impuestos que se le apliquen durante su funcionamiento -como, por ejemplo, el Impuesto sobre Sociedades que tenga ese Estado o sobre los convenios de doble imposición si se trata de una sucursal-. Para que te salgan las cuentas y no equivocarte en tu proyecto, de cara a saber bien cómo constituir una empresa en el extranjero te recomendamos que lo gestiones junto a un letrado especialista en Derecho Comunitario y de la Competencia.
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