En el momento en que una persona se decide a emprender un negocio, es normal que tenga dudas. Opciones hay muchas, pero siempre hay una que es la más adecuada para el modelo de empresa que se quiera llevar adelante. Muchos comienzan como autónomos, al ser un proyecto de poca envergadura. Pero, a veces, con el tiempo, el volumen del negocio crece, se necesita contratar más personal y conseguir los mejores beneficios a nivel fiscal. Y es ahí donde surge la idea de crear una Sociedad empresarial. Hoy os vamos a explicar detalladamente cómo se constituye una Sociedad, qué es y los distintos tipos de ellas que existen en la actualidad.
De autónomo a persona jurídica
Las personas jurídicas (empresas), como Sociedades, son reconocidas por el Estado por su individualidad propia, distinta de sus elementos componentes -los socios-. Esto es importante ya que, a diferencia del autónomo, que debe responder con su propio capital, una persona jurídica, en cuanto a responsabilidad legal, no responderá con el propio patrimonio o el de los socios, sino con el capital aportado a la Sociedad. A propósito de esto, también es importante tener en cuenta si se tratará de una Sociedad conformada por un solo socio o más. Y, finalmente, de qué capital social dispondrá.
Tipos de Sociedades
Existe la posibilidad de constituir una Sociedad Anónima, una Sociedad Anónima laboral, una Sociedad Limitada -la más común en España-, una Sociedad Cooperativa, o una Sociedad Profesional, por destacar las más populares. Todas conllevan una serie de requisitos iniciales, por lo que hemos de tener muy claras nuestras posibilidades. La aportación de capital inicial es siempre un elemento prioritario a la hora de constituir una Sociedad. Dicha cantidad puede ser sin mínimo legal, o entre 3.000 y 59.999 euros, entre 60.000 y 120.000, o de más de 120.000 euros, dependiendo del tipo de Sociedad elegido.
Primeros pasos para constituir una Sociedad
Una vez ya sabemos qué tipo de Sociedad queremos -y podemos- constituir, debemos comenzar por lo más básico: bautizar nuestro nuevo negocio. Es una decisión importante que puede marcar el futuro de la empresa. A nivel legal señalamos que no se pueden elegir nombres totalmente genéricos (como “Sociedad Mercantil”, por ejemplo). Lo idóneo es consultar a una empresa de marketing y branding para ello, de cara a que solo nuestro título y logotipo atraigan de por sí clientes.
Una vez elegido el nombre, debemos de tener preparados un plan B y, por si acaso, un plan C. Porque entonces solicitaremos al Registro Mercantil Central su disponibilidad. No siempre es posible usar el nombre que pretendíamos, si alguien ya se había adelantado. Por eso es conveniente tener más opciones en la recámara. Una vez confirmado que nuestra marca es original, el Registro se asegurará de que no pueda ser confundido con una marca ya existente. ¡No vale registrar, por ejemplo, Samsong o Adides!
La persona que solicite el registro de esos nombres debe ser un socio fundador de la nueva empresa. Por último, y una vez tengamos el visto bueno del Registro, se tiene que abrir una cuenta bancaria en una entidad española y dar otro paso fundamental: constituir la Sociedad ante Notario, de la forma en que detallamos a continuación.
Cómo se constituye una Sociedad
Una vez ya disponemos de nuestra identificación social -nombre de la empresa- y de su propia cuenta bancaria, debemos iniciar una serie de trámites:
- Identificar quien será el socio o socios, así como los administradores -uno, varios o si habrá Consejo de Administración-. También exponer dónde se va a ubicar el domicilio de la nueva empresa, el objeto social de la misma (su actividad básica) y otros conceptos más concretos, como el número de participaciones en que se dividirá el capital social.
- Redacción de los Estatutos Sociales y del Régimen Interno de la Sociedad.
- Firma de la Escritura de Constitución, que ha de ser validada por un Notario. Tras su obtención, esta deberá ser inscrita en el Registro Mercantil de la provincia en la que se halle el domicilio social de nuestra recién constituida empresa.
Como se puede apreciar no hablamos de un proceso simple y sencillo. No es extraño ver errores de ejecución a la hora de saber cómo se constituye una sociedad. Por obvio que parezca se necesita asesoramiento legal. Y al no hacerlo, después cuesta más solucionar los posibles problemas legales surgidos a consecuencia del desconocimiento. Si quieres constituir una sociedad y no tienes experiencia previa en el tema, no dudes en contratar un bufete de abogados especialista en la materia. Acabarás ahorrando dinero y, sobretodo, tiempo.
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